Aquí tenéis dos reflexiones muy enriquecedoras para crecer a partir de la crisis del Covid-19. ¿Qué nos enseña la pandemia?, ¿hay algo positivo detrás de la catástrofe?
El primer vídeo corresponde a una médico italiana. El segundo, un millennial español.
Aprendamos a valorar las pequeñas cosas. La canción de Jesús Cabello nos puede ayudar:
¿Cuánto vale la vida?, ¿cuánto vale mi vida?,
¿qué valor tiene el aire que mi cuerpo respira?.
¿Cuánto vale el silencio que tu rostro regala?,
¿cuánto vale la risa de una angustia pasada?
¿Cuánto vale la aurora que dibuja horizontes y la fe que ilumina los caminos sin nombre?. ¿Cuánto vale la lluvia que inundó mis rincones? Pero qué valor tiene todo si el amor se esconde.
¿Cuánto valen los sueños?, ¿cuánto vale un milagro?,
¿cuánto valen los besos de los enamorados?.
¿Cuánto vale el tiempo que entregamos a alguien?
¿Qué valor tiene un hijo, cuánto vale una madre?
¿Cuánto vale la aurora que dibuja horizontes y la fe que ilumina los caminos sin nombre?. ¿Cuánto vale la lluvia que inundó mis rincones? Pero qué valor tiene todo si el amor se esconde.
Hoy, quisiera compartir esta interesante reflexión que hizo hace unos días José Antonio Munilla (obispo de San Sebastián).
Considero que -más allá de nuestras convicciones particulares- realiza un análisis muy interesante del momento histórico concreto que estamos viviendo y -sobre todo- de nuestra época.
Aprovecho para compartir otro interesante vídeo que hace un repaso de la Hisoria reciente de España, recalcando difíciles momentos que fueron superados.
"Nuestros abuelos fueron a la guerra". Ahora es nuestro momento (además de una oportunidad para devolver de alguna forma tanto bien recibido).
“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”.
Esta frase genial que dijo en su día Wiston Churchill viene hoy a nosotros para traernos un poco de luz ante los aconcimientos que estamos viviendo: es tiempo de reflexionar. Nolo sólo sobre nuestros fallos, sino también sobre nuestros aciertos.
Hace unos días, en medio de la marea de mensajes de ánimo, artículos alarmistas y memes de todo tipo que he recibido por Whatsapp, encontré la imagen que muestro a la derecha, acompañada de un texto.
En ella, el autor analiza algunos aspectos que pueden servir para analizar los hechos y, sobre todo, para construir sobre los mismos algo positivo de cara al futuro. Bien es cierto que no todos tienen la misma relevancia, pero sí que existe una inevitable inteconexión entre ellos.
Aunque algunos puntos me parecen de mayor relevancia que otros, he querido hacer un pequeño análisis personal de cada una de las premsias y me he permitido añadir una. Como resultado, tenemos 10 puntos que presento a continuación como una especie de decálogo comentado (con los pensamientos que me provocan).
Tras el mismo, me ha parecido conveniente agregar una lista de canciones en las que los autores tratan cuestiones esenciales para la vida del ser humano (de ellos también hablo en el Decálogo), y que nos trascienden más allá de acontecimientos concretos (como puede ser una pandemia).
Mi intención no es tanto centrarme en las causas, sino ayudar a encontrar el lado positivo de la crisis, tanto para nuestro crecimiento personal en el presente (valorando lo que tenemos y disfrutando de las pequeñas cosas y compartiendo en un sentido amplio), como para la reconstrucción de nuestra sociedad en el futuro inminente, y -en última instancia- para un estudio más minuciosos del comportamiento humano y las sociedades actuales... y pasadas (sin ser la misma situación , podemos entender un poco mejor la posguerra y los sentimientos que generó, por ejemplo).
En definitiva, se abre paso una gran oportunidad de oportunidades para ser mejores.
UN DECÁLOGO PARA MEJORAR
1. Parar un poco, ralentizarnos, pensar e imaginar.
¿Cuánto tiempo hace que no paras y te dedicas sencillamente a sentir tu presencia y lo que te rodea?, ¿cuando fue la última vez que te paraste a contemplar un paisaje que nunca terminaba, o que hiciste un dibujo o que escribiste una carta? ¡Cómo hemos olvidado las pequeñas cosas! La sociedad ha querido sofocar la imaginación de los niños... ¿qué decir de la de los mayores? Vemos como el niño que dibujaba, ya "no pinta nada".
El ritmo de esta sociedad nuestra materialista y de lo inmediato nos ha cegado. Hoy más que nunca la idea de "progreso" que hemos ido asimilando queda en tela de juicio: ¿hacia dónde íbamos?
Respira... siente... ¡estás vivo! y eso es marvilloso. Todo lo demás es secundario. Eres un momento único e irrepetible en la Historia de la Humanidad, ¡nunca habrá nadie como tú! y además, HOY... ¡AHORA! tienes la capacidad de dar lo mejor de ti para ser feliz y hacer felices a quienes te rodean. ¡Sí! Mira más allá de tí, de tus pobres y mediocres proyectos encasillados en el "mundo moderno". "Era necesario respirar para mirar alrededor"... ¡cuánta razón!
Ahora sí nos reencontramos con el tiempo perdido. La vida nos da otra oportunidad. ¡Empleémoslo bien!... para lo que de verdad importa.
2. Ver lo sencillo y rápido que es reducir las emisiones y limpiar el aire de nuestras ciudades.
Basta con asomarse a la ventana en un día despejado y contemplar un cielo que muchos no conocíamos sobre nuestros barrios. Es posible un mundo más limpio, un mundo que no solo se mira a sí mismo, sino -sobre todo- por las generaciones futuras.
3. Fin del turismo depredador.
Ciudades como Málaga tienen en su genoma la acogida al extranjero (basta con dar un repaso a la Historia). El intercambio cultural nos enriquece y mucho: somos lo que somos y como somos debido a este factor. Sin embargo, lo natural no es que una localidad dependa casi exclusivamente del turismo. Hasta cierto punto no hemos sabido querer lo nuestro: tenemos mucho más potencial de lo que creemos.
La Málaga "tabernaria" y de franquicias es hoy una ciudad casi desierta que -a esperas de un milagro- se recuperará tarde y mal de la crisis económica que nos espera.
4. Valorar los servicios públicos como algo esencial.
España puede sacar pecho por sus sistema sanitario y -aún así- en muchos casos se está viendo desbordado. Esta crisis nos ayudará a abrir los ojos para darnos cuenta de lo importante que es invertir en sanidad e investigación (la educación merece un capítulo aparte).
5. Comprobar que el teletrabajo es viable.
Muchos lo estamos experimentando en nuestras propias carnes. El virus nos está obligando a muchos a abrirnos un poco más al expectro informático, abriendo nuevas posibilidades de convivencia, de estudio, de investigación... que no serían posibles de otra forma. El coronavirus nos da el empujón definitivo a una nueva era que venía abriendo el camino en los años anteriores.
6. Una gran oportunidad para compartir tareas y cuidados.
El confinamiento nos obliga a estrechar los lazos familiares (que en muchos casos casi se habían perdido): la tragedia se une y la convivencia es inevitable, a veces dura y -sobre todo- sanadora. ¿Cuánto tiempo hace que no hablabas con tus hijos?, ¿cuánto tiempo hace que no jugabas con tus padres?
Los niños son el futuro. Tenemos hoy la oportunidad de rescatarlos. Si nosotros no les atendemos, otros lo harán y serán sus referentes, y les convertirán en mercenarios al servicio de sus intereses. Hay mucho en juego.
7. Lo comunitario frente a lo masivo.
Siguiendo la línea anterior, vemos cómo la epidemia permite volver a una vuelta a la pequeña comunidad, donde encontramos el origen de todas las civilizaciones, la institución más antigua del mundo: la familia. Pilar insustituible de la sociedad y diana preferida del posmodernismo, y las caras más feroces tanto del capitalismo como del comunismo.
Volvemos a las raíces y nos nutrimos de lo esencial, lo común en toda la geografía y por los siglos, lo que permanece, lo que da frutos. Es la primera escuela y nos rescata del individualismo. Se cierran las casas, pero se abren las habitaciones.
Más allá del ámbito familiar, es ahora cuando conectamos con nuestros más íntimos deseos esos que nos hacen ser PERSONAS y van más allá de una consola o de la moda. ¿Cuánto vale un abrazo o una tarde con un amigo?
Por otra parte, ha tenido que venir una pandemia para que saludemos al vecino de enfrente. ¿En qué momento de la Historia la gente dejó de saludarse?, ¿cuándo pasamos a formar parte de la "mole"? La tragedia nos une (y la unión hace la fuerza).
8. Tomar conciencia de nuestro potencial empático y colectivo para preservar la vida.
Hace un tiempo nos hicieron creer que la democracia nos haría libres... y nos lo creímos. Pero, ¿realmente somos libres?, ¿qué es la libertad?, ¿hacemos lo que queremos o lo que podemos?, ¿acaso hemos alcanzado ya la mejor versión de nosotros mismos?
La realidad es que somos "finitos", limitados en múltiples sentidos: espacial, temporal, psicológico... Esto se debe tanto a nuestra propia naturaleza como a los factores externos que nos limitan. ¿Hasta qué punto somos nosotros más libres que nuestros abuelos? La moda, la competitvidad laboral en un mundo de tiburnos, un tiempo que siempre parece que se nos está acabando, la necesidad compulsiva (para algunos) de establecer múltiples relaciones mediante las redes sociales, etc. nos hace plantearnos qué entendemos por "progreso" y si estamos en vías de alcanzarlo.
El generoso afán "civilizador" propio de las potencias colonizadoras europeas durante el s. XIX está hoy más vivo que nunca. Dice Alejandro Sanz: "todo el mundo quiere tener dos o tres coches, dos o tres casas... su propia vida no les basta". A ver si nos enteramos que -aunque hay cosas que a nosotros nos parecen imprescindibles (porque somos así de limitados)como móviles, ordenadores, televisores - hay pequeñas comunidades, tribus, clanes, etc. que no las necesitan en su modo de vida y -de hecho- son más felices sin ellas.
Dicho esto, somos incapaces de conocer nuestro propio potencial porque llevamos demasiado lastre sobre nuestras espaldas y solo conseguiremos escalar la montaña cuando nos desazgamos de éste. Ya en la cima, cual águila imperial, podremos mirar todo aquello que éramos incapaces de ver mientras respiramos un aire que no conocíamos bajo un cielo no muy distinto que el que empezamos a ver en nuestras ciudades.
Abiertos los ojos y los oídos, seremos capaces de ver y escuchar a los demás (¡estaban ahí!: detrás del televisor y del Facebook), comprenderlos y amarlos de verdad, despojados de todo interés personal.
Viviendo aprenderemos a amar la vida en todas sus formas. Volveremos a la sabiduría primitiva que fue perdió el hombre moderno a lo largo de milenios mientras buscaba "El dorado".
9. Experimentar cómo podría ser una sociedad en decrecimiento, aunque sea momentáneo
Muchos de nosotros no hemos conocido la guerra. Tampoco la posguerra.
Tenemos ante nosotros la oportunidad de nuestras vidas para valorar las cosas que valen la pena de verdad y para apreciar un poco el sacrificio de nuestros abuelos (o bisabuelos): hombres y mujeres que miraron a la cara a la adversidad y -pese a la crudeza de las circunstancias en que se vieron envueltos- tiraron del carro, paso a paso, cayéndose en el barro y levantándose una vez tras otras; superando continuamente los límites establecidos.
Por otra parte, esta "empatía histórica" nos abre nuevos caminos en la investigación del pasado de la Humanidad. 10. Una oportunidad para alzarnos en armas contra el miedo
Ese miedo a la muerte que tiene todo hombre. No sólamente del miedo a la muerte física, sino a la muerte escpiritual... dejar de ser ("Ser o no ser, esa es la cuestión" decía William Shakesperare"). ¿Ser qué?
Esta sociedad consumista nuestra propicia este miedo: miedo a estar sólo, miedo de pensar, miedo de sentir, miedo de parar, etc. ¡No podemos parar!, porque entonces no estamos siendo útiles para el sistema: ya no somos productivos... dejamos de ser.
¡No tengamos miedo! Ya nos los recordaba el papa Juan Pablo II. No vamos a dejar de ser. El "ser" no nos lo da nada ni nadie... que no nos engañen. Cada uno de nostros es un ser fantástico: cada uno a su manera. "Somos" en el AMOR, ese que no espera nada de nosotros. NO TODO ES MALO (AUTOR ANÓNIMO) No todo es malo... Hay que saber ver algunas cosas... Los pulmones de la tierra necesitaban respirar. Las personas odiaban más que amaban. El padre necesitaba pasar más tiempo con los hijos. El rico pensaba que el dinero compraba la felicidad. El futbolista tenía más fama que el servicio médico. El estrés hacía temblar los corazones. Y las razas levantaban grandes fronteras. Un día, de repente, el mundo se paró y entonces la Tierra comenzó a respirar aire puro. Las personas, en su lejanía, se dieron cuenta de que se amaban. La familia de nuevo estaba unida. El rico, al no poder salir de casa, tuvo que conformarse con unos bollos de pan. La gente aplaudía desde sus balcones a los verdaderos héroes. Nuestras mentes se serenaban porque ya no había prisas. Y cuando ya todo estaba a punto de estallar, el mundo entero se unió, convirtiendo los 5 continentes en solo UNO. CANCIONES QUE AYUDAN (EN TANTO QUE TOCAN ASPECTOS ESENCIALES DE CRECIMIENTO PERSONAL)
NO VALE LA PENA (TONTXU)
No vale la pena llorar si no tengo
aquello que un día me dieron sus besos.
He de reconocer que quiero pero no puedo
y hoy por hoy, los echo de menos.
No vale la pensa seguir insistiendo,
siento que estoy malgastando mi tiempo:
hablar con la pared o el muro de los lamentos,
o luchar contra molinos gigantes de viento.
No vale la pensa vivir de recuerdos,
quedarse sentado en la silla esperando
que cambien los tiempos:
prefiero cambiarlos.
Mirar adelante y buscar un instante
para abrir la puerta y salir a buscarle,
me estará esperando
porque nunca es tarde.
Porque nunca es tarde.
UNA OPORTUNIDAD (ASLÁNTICOS)
Dicen que hay que el mar y el viento para volar,
dicen que hoy habrá una nueva oportunidad.
Yo sé que algo bueno siempre puede pasar
para quién saber buscar siempre hay algo que encontrar.
Dicen que hay que volverse a levantar,
que la tormenta es la que enseña el marinero a navegar,
que no habrá cielo tan alto
que no pueda tocar con mis manos.
Si eso es lo que quiero,
dame una oportunidad:
quiero dejar mis huellas en la eternidad.
Tenemos tanto aprendido que ya
nada más escapará,
todo saldrá según al plan.
Detrás del infinito, sólo está la pasión.
Nada es imposible para el corazón.
Es el motor del mundo,
la sola ilusión de alcanzar
nuestros sueños de hacer casi un poco más.
Dicen que todo llega su momento,
que el tiempo deja cada uno en su lugar.
Que no habrá cielo tan alto
que no pueda tocar con mis manos.
Si eso es lo que quiero,
dame una oportunidad:
quiero dejar mis huellas en la eternidad.
Tenemos tanto aprendido que ya
nada más escapará,
todo saldrá según al plan.
VIVIR (ROZALÉN Y ESTOPA)
¿Sabes?, hace tiempo que no hablamos. Tengo tanto que contarte... ha pasado algo importante: puse el contador a cero. ¿Sabes?, fue como una ola gigante: arrasó con todo y me dejó desnuda frente al mar. Pero, ¿sabes?, sé bien que es vivir: no hay tiempo odiar a nadie. Ahora sé reír. Quizá tenía que pasar. No es justo, pero solo así se aprende a valorar. Y si me levanto y miro al cielo, doy las gracias y mi tiempo lo dedico a quien yo quiero Lo que no me aporte lejos. Si alguien detiene mis pies, aprendería a volar. Y si miro a todo como un niño los colores son intensos, yo saldré de aquí si lo creó así, cuando me miren sabrán que me toca ser feliz. ¿Sabes?, he pasado mucho miedo: este bicho es un abismo se me cansa el cuerpo. Se me parte el alma y a llorar. Pero, ¿sabes?, he aprendido tanto, tanto: esta vida me ofreció una nueva oportunidad. Pero ¿sabes?, sé bien que es vivir. No hay tiempo odiar a nadie: ahora sé reír. Quizá tenía que pasar. No es justo, pero solo así se aprende a valorar. Y si me levanto y miro al cielo, doy las gracias y mi tiempo lo dedico a quien yo quiero. Lo que no me aporte lejos, si alguien detiene mis pies, aprenderé a volar. Y si miro a todo como un niño, los colores son intensos, yo saldré de aquí si lo creó así. Cuando me miren sabrán que me toca ser feliz. Me toca ser feliz. Ahora soy feliz porque sé bien que es vivir. Ahora sí que sí.
GIRASOLES (ROZALÉN)
Era necesario respirar para mirar alrededor.
Paseo por La Habana y un café frente al Malecón-cón-cón-cón.
Comienzan los recuerdos, las espinas afloran en mi interior
Todo lo que no se atiende tarde o temprano reaparece.
Pero nos miramos, vaya año pasamos...
a ver si remontamos.
Sin dedicarle más tiempo,
pues el mundo está lleno de mujeres y hombres buenos.
Así que le canto a los valientes
que llevan por bandera la verdad,
a quienes son capaces de sentirse en la piel de los demás.
Los que no participan de las injusticias,
no miran a otro lado
Los que no se acomodan
Los que riegan simpre su raiz.
A ti, mi compañero que me tiendes la mano,
que es tu corazón bondad.
Me estudias con curiosidad,
me miras con respeto
y besas con cariño cada parte de mi cuerpo
Tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma adentro.
Y tienes en los ojos girasoles,
y cuando me miras soy la estrella que más brilla.
Cuando ríes se ilumina todo el techo,
ya duermo tranquila, siento tanta calma adentro.
Es necesario revivir para poder saborear.
Encajo las ideas, reflexión para mejorar.
Antes de un gran impulso doy un paso pequeñito para atrás.
Todo lo que no atendí
vuelve siempre a resurgir.
Pero sonreímos,
vaya si vivimos,
¡todo lo que aprendimos!
No le dedicaré más tiempo
pues el mundo está lleno de mujeres y hombres buenos
Así que le canto a los coherentes,
a los humildes que buscan la paz, a los seres sensibles que cuidan de otros seres y saben amar, a todos los que luchan por nuestros derechos: miran a todo hombre igual, a quienes no me juzguen y a quienes estén dispuestos a compartir. A ti mi compañero que tienes alma pura, que es tu corazón bondad. Respetas mi espacio vital, me escuchas bien atento y besas con cariño cada parte de mi cuerpo. Tienes en los ojos girasoles, y cuando me miras soy la estrella que más brilla. Cuando ríes se ilumina todo el techo, ya duermo tranquila, siento tanta calma adentro. Y tienes en los ojos girasoles Y cuando me miras soy la estrella que más brilla. Cuando ríes se ilumina todo el techo, ya duermo tranquila, siento tanta calma adentro. (El progreso de la condición humana requiere inapelablemente que exista gente que se sienta en el fondo feliz
en gastar su vida al servicio del progreso humano).
RESISTIRÉ (DÚO DINÁMICO)
Cuando pierda todas las partidas,
cuando duerma con la soledad,
cuando se me cierren las salidas
y la noche no me deje en paz.
Cuando sienta miedo del silencio,
cuando cueste mantenerme en pie,
Cuando se rebelen los recuerdos
y me pongan contra la pared.
Resistiré, erguido frente a todo,
me volveré de hierro para endurecer la piel,
y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie.
Resistiré, para seguir viviendo,
soportaré los golpes y jamás me rendiré,
y aunque los sueños se me rompan en pedazos
resistiré, resistiré.
Cuando el mundo pierda toda magia,
cuando mi enemigo sea yo,
cuando me apuñale la nostalgia
y no reconozca ni mi voz.
Cuando me amenace la locura,
cuando en mi moneda salga cruz,
cuando el diablo pase la factura,
o si alguna vez me faltas tú.
Resistiré, erguido frente a todo,
me volveré de hierro para endurecer la piel,
y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie.
Resistiré, para seguir viviendo,
soportaré los golpes y jamás me rendiré,
y aunque los sueños se me rompan en pedazos
resistiré, resistiré.
EL MEJOR MOMENTO (PABLO LÓPEZ)
Hace tiempo que no sueño en grande, hace tiempo que no importa qué vendrá. Ya perdí de vista a los gigantes, ya no pueden asustarme porque hoy me he levantado fuerte, todos los caminos me trajeron hasta aquí. Es el momento de salir y respirar es el momento de cantarle a todo lo que ves, es el momento de saltar para caer de pie, rompe con la puerta y grita fuerte que se entere el mundo: ¡este es el mejor momento! Nunca dejaré de agradecerte cada luz que has encendido en el salón, eres patrimonio de mi suerte, eres risa y eres más que una canción, y es que yo encontré la vida en tus abrazos, aprendí que lo importante pasa hoy. Es el momento de salir y respirar es el momento de cantarle a todo lo que ves, es el momento de saltar para caer de pie, rompe con la puerta y grita fuerte que se entere el mundo: ¡este es el mejor momento! Es el momento de salir y respirar es el momento de cantarle a todo lo que ves, es el momento de saltar para caer de pie, rompe con la puerta y grita fuerte que se entere el mundo: ¡este es el mejor momento!
donde mandaban Prieto y don Lenín. era en aquel Madrid de la cochambre, de Largo Caballero y don Negrín. era en aquel Madrid de milicianos, de hoces y de martillos, y soviet. era en aquel Madrid de puño en alto, donde gritaban todos a la vez.
¡No pasarán!, decían los marxistas. ¡No pasarán!, gritaban por las calles. ¡No pasarán!, se oía a todas horas por plazas y plazuelas con voces miserables. ¡No pasarán!
¡No pasarán!, la burla cruel y el reto. ¡No pasarán!, pasquín de las paredes. ¡No pasarán!, gritaban por el micro, chillaban en la prensa y en todos los papeles. ¡No pasarán!
Este Madrid es hoy de yugo y flechas, es sonriente, alegre y juvenil. Este Madrid es hoy brazos en alto, y signos de facheza, cual nuevo abril. Este Madrid es hoy de la Falange, siempre garboso y lleno de cuplés. A este Madrid que cree en la Paloma hoy que ya es libre así le cantaré.
¡Ya hemos pasao!, decimos los facciosos. ¡Ya hemos pasao!, gritamos los rebeldes. ¡Ya hemos pasao!, y estamos en el Prado, Mirando frente a frente a la señá Cibeles. ¡Ya hemos pasao!
¡Ya hemos pasao!, y estamos en las Cavas. ¡Ya hemos pasao!, con alma y corazón. ¡Ya hemos pasao!, y estamos esperando Pa ver caer la bola de la Gobernación. ¡Ya hemos pasao!
