Este ser humano capaz de imaginar, de programar, de
inventar, de buscar soluciones,... es el mismo homo sapiens sapiens que existió
en el tiempo enmarcado en lo que llamamos "Medievo". El mismo que
creó la “democracia”. El mismo que construyó las pirámides. El mismo que
desarrolló la agricultura en la orilla de los grandes ríos. Un ser que mira a
su entorno natura, lo analiza y se y se adapta. Así, todo es nuevo y no lo es, al mismo tiempo. Recuerdo las palabras de Joaquín
Sabina “el hombre de hoy es el padre del mono del año 3000”.
Normalmente quien escribe ha leído (y bastante): no podemos
huir de las influencias que recibimos ni sacar referentes de la nada (“Yo soy
yo y mis circunstancias”, decía Ortega y Gasset).
Por otra parte, la constante recurrencia al tema medieval de
unos años a esta parte, no la achaco tanto la larguísima duración establecida
para este periodo, lo cual es de por sí bastante significativo (esos 1000 años
de Historia en los que todos los hombres vestían armadura, hablaban latín,
sufrían la peste y tocaban el laúd desde el oeste de Europa hasta China, pasando
por Bizancio) como a dos acontecimientos de la etapa llamada “contemporánea”:
-Un nacionalismo (precedido del romanticismo) que busca en
el s. XIX referentes en un pasado siempre glorioso y lo encuentra en la Edad Media,
para crear conciencia de comunidad con hondas raíces comunes y marcada
identidad en una población necesaria para la constitución y expansión de los estados modernos europeos mediante
la guerra. Lo curioso, es que esa justificación
del poder valiéndose del origen mítico ya la hacían los propios reyes medievales.
- Un mayo del 68, nieto de los maestros de la sospecha (nietos
a su vez de la Revolución Francesa) que crea o recrea el concepto de “progreso”
y toma referentes y anti referentes. Uno de estos antagonistas más claros es la
Edad Media como concepto de “atraso cultural”, fruto de una visión distorsionada
y generalizada del periodo, como resultado de la visión romántica del mismo que
se fue gestando en los años previos (y que aún pervive).
Me gustaría resaltar que la Edad Media –además de mirar al
pasado (lo cual, como he apuntado anteriormente, es irremediable)- también se
mira a sí misma como también hacemos nosotros: ¿acaso no se siguen escribiendo
novelas sobre la II Guerra Mundial?
Es difícil desmitificar. Es difícil cuando no pensar en un
zorro con flechas robando el dinero a los ricos para dárselo a los pobres o
música de mercadillos “medievales” cuando escuchamos “Edad Media” , así como no
lo es pensar en la primera mitad del siglo XX si no es en blanco y negro (la
única etapa de la historia que imaginamos en blanco y negro, por influencia clara
del cine).
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